El mes de diciembre del año que acabamos de dejar arrancó la rumorología en relación a la próxima versión de Windows, la cual, al parecer, Microsoft ha bautizado a nivel interno con el nombre de Threshold. Desde entonces poco más se había publicado sobre el tema hasta ahora, ya que, en las últimas horas, el periodista Paul Thurrott, experto en la empresa que nos ocupa, ha proporcionado algún nuevo detalle.
En concreto, dice Thurrott que, según sus fuentes, los de Redmond desgranarán los planes de la compañía respecto a la próxima versión de Windows -Windows 9- durante su conferencia
enfocada a desarrolladores BUILD 2014, que tendrá lugar en abril (y en
la que se dice que lanzarán actualización para Windows 8.1 y Windows Phone). Eso sí, que nadie espere nada del otro mundo porque el periodista también apunta que no habrá demostración alguna debido a «una buena razón»: ni siquiera han comenzado el desarrollo del renovado Windows.
Por otro lado, comenta que, aunque en la actualidad, Microsoft utiliza el nombre en clave Threshold para referirse internamente a la próxima versión del sistema operativo
de las ventanas, hay muchas probabilidades de que al final lo anuncien
al público bajo el título de Windows 9 y que llegue al mercado en algún
momento de abril de 2015 con el mismo nombre.
O sea, que todo indica que abandonarán la nomenclatura 8.x,
de lo que, a su vez, se deduce que el sustituto de Windows 8.1 no será
una mera actualización, sino una versión que introducirá cambios
importantes. Cuáles y cuántos exactamente no está nada claro todavía,
pero dos que se barajan son la vuelta del menú Inicio y la
implementación de mejoras que permitirán al sistema operativo ejecutar aplicaciones «estilo Metro» en el escritorio junto a aplicaciones de escritorio «de las de toda la vida».
A pesar de que provienen de fuentes confiables, de momento, todo esto no dejan de ser rumores, así que hay
que tener cautela. En abril podremos confirmar si estaban en lo cierto o
no, y, en caso de que sí, también quedaría confirmado que Windows 8 y
su actualización 8.1 no están funcionando bien (algo que muchos vienen
sosteniendo desde hace tiempo en base a diversas pistas como por ejemplo
la desastrosa tasa de adopción de Windows 8.1 que según Thurrott está presente en menos de 25 millones de ordenadores en este momento).